Fiestas del Medievo Villena

Las Fiestas del Medievo de Villena son una fiestas populares que surgieron, este año hará 15 años, en el barrio antiguo de la ciudad de Villena; una forma que encontraron los vecinos de El Rabal de dar vida a sus calles y reivindicar la belleza de esta zona, a veces descuidada y no puesta en valor, de la ciudad.

Al principio se tratada, según hemos llegado a saber, de un simple Mercado Medieval, pero, con el pasar de los años, se convirtió en una fiesta multitudinaria que implica a todo el barrio y, poco a poco, a toda la ciudad.

Pasear por las calles de El Rabal de Villena durante las fiestas del Medievo es, aunque suene a tópico, trasladarse a otra época, cada estrecha calle está decorada y todas sus gentes van vestidos para a ocasión. Los locales de las comparsas se convierten en bares y lugares donde los festeros se reúnen, y, como no podía ser d otro modo, también la decoración medieval llena sus rincones.

Por eso las Fiestas del Medievo de Villena son más que un mercado medieval, al disfrute de los puestos se le suman actividades y actos organizados por la Asociación de Vecinos de El Rabal. Así, se representa la llegada de los Reyes Católicos, una escenificación que recuerda a la que podemos ver en las fiestas de los amantes de Teruel y también salen a las calles Gigantes y Cabezudos y se pueden ver espectáculos de malabares, aves rapaces y bailes árabes. Todo invita a los visitantes a recorrer esas calles y subir hasta el Castillo de la Atalaya donde, en su explanada se celebran conciertos y se instalan carpas donde picar o comer algo tradicional de la zona.

Sin duda uno de los actos más bonitos ocurre al caer la noche del sábado, es en eso momento cuando se celebra la Procesión de las Antorchas donde los vecinos, centenares de ellos, suben al Castillo, por sus estrechas calles, portando cada uno de ellos una antorcha de fuego.

Pero algo que sólo tienen estas fiestas, y que las convierten en únicas, son sus Bodas Medievales. Enmarcadas en las Fiestas del Medievo se celebran, cada año, tres bodas reales; si, si, bodas de verdad. Se trata de bodas civiles que se celebran en un escenario colocado e instalado para la ocasión en la explanada del Castillo. Novios, invitados y acompañantes se visten para la ocasión y, partiendo desde el Ayuntamiento, recorren las calles del barrio antiguo acompañados por la música. Una vez arriba del Castillo se celebra la ceremonia, un lugar único que sirve de testigo de su amor.

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